Tritón pigmeo / Tritó pigmeu (Triturus pygmaeus)

 

Descripción

 

Los anfibios modernos están representados por tres grandes grupos de distribución global: anuros (anfibios sin cola: ranas y sapos), urodelos (anfibios con cola: tritones y salamandras) y cecilias (anfibios con forma de lombriz). En la Península Ibérica hay representantes de los dos primeros grupos, quedando las cecilias confinadas a regiones tropicales. El tritón pigmeo (Triturus pygmaeus), por tanto, pertenece al grupo de los anfibios urodelos, que mantienen la cola en estado adulto. Como todos los urodelos ibéricos, pertenece también a la familia Salamandridae.

 

Se considera de mediano tamaño, pudiendo alcanzar los 14 cm, siendo las hembras ligeramente mayores. La cabeza es más larga que ancha y ligeramente aplanada, los ojos son ligeramente prominentes con la pupila redondeada y el iris cobrizo. La cola es prácticamente tan larga como la longitud de la cabeza y el cuerpo, y se va comprimiendo hacia el extremo caudal, que acaba en punta. Las glándulas parótidas son patentes y presentan pliegue gular muy marcado. Posee unas extremidades largas y esbeltas, sin membranas interdigitales ni palmeaduras. La coloración dorsal es verde con manchas irregulares negras o marrones con un fino punteado negro. Los tonos se van oscureciendo al llegar al vientre que es amarillento con manchas negras y blancas. Un rasgo llamativo de la especie es la línea vertebral anaranjada que recorre el dorso de juveniles y hembras, en machos esta línea dorsal se interrumpe alternando colores pardos y anaranjados que, durante la fase acuática de celo, se despliega en forma de cresta. Otra diferencia entre sexos es el abultamiento de la cloaca en machos. En general los machos tienen extremidades más pequeñas y un cuerpo más estilizado. Los huevos son amarillentos con cubierta gelatinosa. Las larvas presentan branquias externas, típicas de urodelos y desarrollan primero las extremidades anteriores. Se han citado larvas albinas y adultos con albinismo parcial, y en la población introducida en la Comunidad Valenciana se han encontrado varios ejemplares muy oscuros.

 

Tritón pigmeo, macho adulto. Baix Vinalopó (Alicante).

     Tritón pigmeo con alto grado de melanismo. Baix Vinalopó (Alicante). 


 

Ecología

 

El periodo de actividad de este anfibio suele coincidir con las primeras lluvias otoñales, tras las cuales, abandona sus refugios estivales en tierra para acudir a los puntos de agua. Ahí comienza una fase acuática, que se extenderá por varios meses dependiendo de la zona, pero que llega hasta bien entrada la primavera, en la que se desecarán muchos de los enclaves acuáticos. Entonces, inicia un periodo de diapausa en tierra motivado por la escasez de agua y las altas temperaturas, que se prolongará hasta las siguientes lluvias de otoño. Los picos de actividad diaria suelen darse durante la noche, encontrándose por el día refugiados en las zonas más profundas de las charcas. Las larvas, en cambio, pueden verse con facilidad durante el día.

 

En fase terrestre, adultos y juveniles pueden hallarse compartiendo los mismos refugios. En tierra los adultos se alimentan fundamentalmente de invertebrados. En el agua, los adultos depredan al acecho larvas de insectos y crustáceos, aunque también pueden consumir huevos y renacuajos de otros anfibios. Las larvas se alimentan activamente en la columna de agua, principalmente de crustáceos acuáticos. Asimismo, como adulto es depredado por culebras de agua, cigüeñas y garzas, mientras que los huevos y larvas pueden ser alimento de insectos acuáticos, cangrejos de río, gambusias y otros urodelos. La edad máxima registrada es de 10 años, las hembras crecen más debido a que alargan su periodo de desarrollo, puesto que las tasas de crecimiento son iguales en machos y hembras. No existe relación entre edad y talla corporal, pudiendo algunos machos detener el crecimiento o incluso decrecer.

 

La extensión del periodo reproductor puede variar bastante entre una zona y otra, pero en general comienza con el desplazamiento a las zonas reproductoras tras las lluvias otoñales. En caso de bajar las temperaturas o escasear el agua, la actividad reproductora puede detenerse. Algunos autores describen el cortejo de los tritones pigmeos como uno de los más elaborados y complejos. Ocurre bajo el agua y consta de cinco fases, en las cuales el macho trata de llamar la atención de la hembra, para después colocar el espermatóforo y conseguir que la hembra se mueva en dirección a él, para finalmente absorberlo con sus labios cloacales. Cada hembra puede recoger espermatóforos de varios machos. La fecundación es por tanto interna, y tras ésta, la hembras buscarán buenos lugares donde efectuar la puesta, normalmente sobre la vegetación acuática. La oviposición puede extenderse de 75 a 90 días, depositando entre 150 y 400 huevos. En diciembre ya es posible ver puestas en el agua. El periodo larvario se prolonga durante unos tres meses y medio, hasta que se completa la metamorfosis, pudiendo coexistir varias cohortes. En la población introducida del Baix Vinalopó, se encontraron larvas a principios de abril de estadios I y III, lo que concuerda con los escenarios anteriormente descritos.

 

Larva de tritón pigmeo. Baix Vinalopó (Alicante).

      Macho en celo de tritón pigmeo. Baix Vinalopó (Alicante).


 

Distribución, hábitat y amenazas

 

El tritón pigmeo es un endemismo ibérico extendiéndose por el cuadrante suroeste de la península, desde las costas de Portugal hasta las Sierras Béticas. Las poblaciones naturales más orientales de esta especie se sitúan al sur de Albacete y norte de Jaén, faltando por tanto en casi toda la franja mediterránea. En la Comunidad Valenciana se trata de una especie introducida por el hombre. La única población conocida se halla en la comarca alicantina del Baix Vinalopó. La introducción se produjo de forma ilegal por parte de un particular, y se conoce que fue hacia el año 2003 a partir de individuos procedentes de Malagón, en Ciudad Real. Esta población se encuentra ubicada en los alrededores de un barranco con varias pozas o calderones, habiendo demostrado ser perfectamente viable al perdurar por casi veinte años, extendiéndose incluso a otras pozas cercanas. Teniendo en cuenta que muchas poblaciones surorientales de la especie se encuentran en retroceso, y que se promueve su protección, desde Consellería de Medio Ambiente de la Generalitat Valenciana se propuso el mantenimiento y seguimiento de esta interesante población, pese a no ser autóctona.

 

El tritón pigmeo no parece ser especialmente exigente en cuanto a su hábitat se refiere, encontrándose desde el nivel del mar, hasta los 1500m del Sistema Central y la Sierra de Segura. Se encuentra en suelos calizos y silíceos, utilizando todo tipo de medios acuáticos para reproducirse, tanto permanentes como temporales. La cobertura vegetal tampoco resulta condicionante, pudiéndose encontrar en zonas boscosas, dehesas, matorrales y pastizales. La mayor parte de las citas se localizan en el dominio climático mesomediterráneo, aunque también hay algunas en el termomediterráneo, como las del Valle del Guadalquivir o la población alicantina. En nuestra comunidad, como ya se mencionó antes, habita una zona de matorral y cultivos abandonados, junto a la cual existe una pequeña loma atravesada por un barranco que ha ido excavando pequeñas pozas o calderones. Dichas pozas mantienen agua durante varios meses al año, posibilitando la reproducción de la especie.

 

A nivel mundial, se le considera una especie “Casi Amenazada” (NT) por la UICN, categoría justificada por la destrucción de sus hábitats. En España se considera una especie “Vulnerable”, sobre todo en su área oriental de distribución, siendo menor la preocupación al oeste, donde es una especie relativamente frecuente en dehesas y otros medios seminaturales. En la Comunidad Valenciana, a pesar de ser una especie translocada artificialmente, se le considera una “introducción benigna”, que es definida por la UICN como "un intento para establecer una especie, con el propósito de conservación, fuera de su área de distribución registrada pero dentro de un hábitat y área ecogeográfica apropiada".

 

Debido a su aislamiento es especialmente frágil, y aunque ha conseguido mantenerse durante todo este tiempo, conviene mantener su vigilancia. Algunas de las amenazas que se ciernen sobre los anfibios en general y el tritón pigmeo en particular son en primer lugar el cambio climático, que afecta especialmente a una país como el nuestro y acelera la desertificación del sur peninsular, esto conlleva la ya mencionada pérdida de hábitat y pone en valor poblaciones como la nuestra, ubicada en un entorno subdesértico. Otra amenaza importante es la depredación debida a la introducción de especies exóticas como el cangrejo rojo, la gambusia o el galápago de Florida, que depredan sobre adultos, puestas y larvas. Mencionar la captura para mantenimiento en cautividad de esta especie llamativa, que, en el caso de una población tan pequeña y aislada como la nuestra, puede suponer la condena a la extinción. Los cambio de uso del suelo, abandono de las estructuras tradicionales de riego por el goteo, o las trampas de caída para la fauna son otros problemas potenciales de conservación. Aunque la población valenciana de Triturus pygmaeus está alejada de zonas de tráfico rodado, los atropellos son un problema recurrente para los herpetos en general, produciéndose miles de muertes cada año en nuestras carreteras. La sobreexplotación y contaminación de los acuíferos también afecta negativamente a las poblaciones de anfibios, eliminando puntos de cría potenciales para ellos. Y desde hace unos años enfermedades emergentes como quitridiomicosis y el ranavirus, están haciendo desaparecer poblaciones enteras de diferentes especies llevándolas al borde de la extinción en muchos casos. Por todo ello es importante que evitemos manipularlos y desinfectamos toda la ropa y material de campo después de cada excursión.

 

             Hábitat. Baix Vinalopó (Alicante).

Hábitat. Baix Vinalopó (Alicante). 


             Macho adulto. Baix Vinalopó (Alicante).

 

Información complementaria

 

Durante mucho tiempo, el tritón pigmeo ha sido considerado una subespecie del tritón jaspeado (Triturus marmoratus). Recientes estudios moleculares dictaminaron que se trataba de especies distintas. Se cree que la separación de ambas especies se produjo hace 1.7 millones de años por aislamiento geográfico. Las áreas de distribución de ambas especies encajan prácticamente, y en las zonas limítrofes se produce muy poco intercambio de genes entre ambas. El tritón jaspeado se distribuye por el oeste de Francia y la mitad Norte de la Península Ibérica, con poblaciones en el sur de Cataluña muy cercanas a la frontera con la Comunidad Valenciana (<10Km), por lo que a pesar de que no hay citas de esta especie en nuestra autonomía, futuras prospecciones detalladas podrían añadirlo a la lista de anfibios valencianos. Hasta ahora, su búsqueda ha sido infructuosa. 

 

Debido a su reciente introducción, el tritón pigmeo no forma parte del ideario ni de las tradiciones alicantinas, pero su aparición ha llamado la atención de la comunidad herpetológica valenciana desde su descubrimiento. Como curiosidad, cabe mencionar la alta densidad de individuos casi totalmente negros encontrados en la población alicantina. En la bibliografía consultada se habla de un diseño variable alternando la proporción de verde con respecto a negro o marrón y a la forma de y densidad de manchas, pero nunca se habla de ejemplares totalmente negros. Se desconoce la causa de este fenómeno de melanismo. Quizá la endogamia debida al aislamiento haya provocado la aparición de este fenotipo que difiere del habitual, o quizá, simplemente el sustrato de las pozas favorece que adquieran esa coloración, para estar más mimetizados con el entorno. 

 

Hembra adulta. Baix Vinalopó (Alicante).

 

Dos machos y una hembra (izq.). Se aprecia el dimorfismo sexual de la especie. Baix Vinalopó (Alicante).

 

Para saber más:

 

- Nota científica con la descripción original de la población alicantina.

- Ficha en Vertebrados Ibéricos.

- Ficha en Amphibia Web.

 

Por Emilio Rosillo Parra