Tortuga mediterránea / Tortuga mediterrània (Testudo hermanni)

 

Descripción

 

La tortuga mediterránea (Testudo hermanni) es junto a la tortuga marginada (Testudo marginata), la única tortuga terrestre de distribución íntegramente europea. Forman parte del género Testudo, junto con especies cercanas como la tortuga mora (T. graeca) y la tortuga rusa (T. horsfieldii). La tortuga mediterránea se divide en dos subespecies, la occidental (Testudo hermanni hermanni) y la oriental (Testudo hermanni boetggeri), si bien la taxonomía de este género no está bien resuelta aún.

 

Se trata de una tortuga de tamaño medio, que raramente supera los 180 mm. Su aspecto es robusto, con el caparazón relativamente abombado. La coloración de fondo es amarillenta, con manchas negras en el caparazón. Las hembras tienen un tamaño mayor que los machos. Los machos adultos se diferencian de las hembras, por presentar un contorno ligeramente trapezoidal (más ancho hacia atrás), el plastrón cóncavo, la placa supracaudal curvada hacia el interior, la sutura entre ambas placas anales corta y la cola larga, ancha en la base y con una uña final larga.

 

 

Morfológicamente se diferencia de T. graeca y de T. marginata por una uña córnea dividida longitudinalmente en dos que presenta en el extremo de la cola. Dentro del género Testudo, esta característica solo es compartida con T. horsfieldii, pero en esta última está menos desarrollada. Por otro lado, T. h. hermanni se diferencia de la subespecie oriental por poseer las manchas negras del plastrón en forma de dos bandas longitudinales continuas y paralelas; mientras que en T. h. boettgeri, el diseño de las manchas negras es mucho más variable, pudiendo formar bandas casi continuas, ser manchas aisladas o, incluso, ser manchas difusas.

 

Adulto. L'Horta Sud (Valencia)

Vista ventral de macho. L'Horta sud (Valencia)


 

Ecología

 

 

El periodo de actividad se concentra mayoritariamente entre los meses de marzo a octubre, si bien esto varía dependiendo de la región climática y la altitud. En zonas cálidas como la costa de la Comunidad Valenciana, se puede apreciar un pico de actividad entre abril y mayo. En primavera dedican las primeras horas del día y las últimas a tomar el sol, siendo las horas centrales del día las que dedican a la búsqueda de alimento. Por el contrario, en la época estival, al ser las temperaturas ambientales más altas, pueden dedicar las primeras y últimas horas del día para alimentarse.

 

En las horas centrales de los días más cálidos, las tortugas suelen refugiarse a la sombra de la vegetación o en madrigueras. El primer pico en los intentos de cópula se da a principios de primavera (marzo a abril); el macho empieza el cortejo con un ritual que incluye seguir la hembra y morderle o golpearle el espaldar. Si es aceptado, el macho sube a las espaldas de la hembra para copular. La cópula se produce cuando el macho saca el pene, contenido dentro la cola gruesa, mientras emite el bufido único que hacen estos reptiles. Hay un segundo pico reproductivo anual que empieza en verano (a partir de julio) y se puede prolongar hasta principios de otoño (octubre).

 

La mayor parte de las puestas se realizan entre mediados de mayo y finales de junio y pueden tener hasta tres puestas. El tiempo de incubación varía entre 90 y 124 días. El sexo de los recién nacidos varía en función de la temperatura de incubación. La tortuga mediterránea es mayoritariamente vegetariana. Al vivir en un hábitat caracterizado por largos periodos de sequía, muchas veces tienen que alimentarse de hierba seca, así que complementan su dieta con excrementos, carroña y con moluscos o artrópodos que suponen una fuente importante de calcio. Tiene numerosos depredadores, principalmente mamíferos, aunque también aves. La depredación tiende a disminuir cuando las tortugas crecen y consiguen una mayor osificación del caparazón.

 

Subadulto. L'Horta Sud (Valencia)

Adulto semienterrado para evitar el calor. L'Horta Sud (Valencia)


 

Distribución, hábitat y amenazas

 

La tortuga mediterránea habita únicamente al sur de Europa. La región en que viven las tortugas mediterráneas se extiende actualmente desde España hasta Turquía, incluyendo las principales islas mediterráneas. En cuanto a la distribución de las subespecies, T. h. hermanni, habita desde el este de España hasta Italia (la zona del valle del Po sería el límite entre ambas subespecies); y T. h. boettgeri, en el este, ocupa la península balcánica, desde Rumanía hasta Grecia. Por otra parte, la población de T. h. hermanni es muy fragmentada y reducida en toda su área, mientras que la de T. h. boetggeri es más continua y numerosa.

 

En la Comunidad Valenciana hay actualmente dos poblaciones introducidas, una en el Parque Natural de la Sierra de Irta (Castellón) y otra en la Devesa del Saler (Valencia). En cuanto al hábitat de T. hermanni, son típicamente mediterráneos o submediterráneos. Esta especie encuentra refugio y alimento en la vegetación baja y los matorrales de las garrigas, en los arbustos de las maquias, en dunas con vegetación, cultivos abandonados y en formaciones boscosas abiertas. Requieren de las zonas abiertas para poderse asolear fuera de los meses más cálidos y para poder alcanzar la temperatura necesaria de incubación de su puesta.

 

El aumento de la intensidad y la frecuencia de los incendios forestales ha sido uno de los principales problemas de pérdida o degradación de los hábitats que ocupa en su área de origen. También la urbanización descontrolada en el litoral y la construcción de infraestructuras, constituye un factor importante de empobrecimiento del hábitat. El abandono de la ganadería extensiva ha provocado el desarrollo muy espeso de matorral, zonas poco favorables para las tortugas. Por último, la recolección indiscriminada de individuos para mantenerlos como animales de compañía, que supuso la extracción de gran cantidad de individuos de las poblaciones.

 

Por todo lo anterior, la subespecie hermanni aparece como “En peligro” en la Lista Roja de la UICN. Figura en los anexos II y IV de la Directiva de Hábitats de la Unión Europea. En la legislación española aparece en los anexos II y V de la Ley de Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, y está incluida en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas en la categoría “De interés especial”. Por su parte, pese a su dudoso carácter autóctono, el Catálogo Valenciano de Especies Amenazadas la considera “En peligro de extinción”.

 

 

Adulto con su característico rastro en la arena. L'Horta Sud (Valencia)

Hábitat. L'Horta Sud (Valencia)


Información complementaria

 

Las poblaciones de esta especie en España se consideran todas introducidas por el hombre, ya que la especie se extinguió de manera natural durante el Pleistoceno (~12.000 a.c.) en la península ibérica debido a cambios climáticos, aunque el consumo humano pudo tener cierta influencia. Las poblaciones de Cataluña y Baleares son las más antiguas, desde la época de colonización romana o griega. La primera reintroducción en la Comunidad Valenciana se realizó en el Parque Natural del Desert de les Palmes, aprovechando una campaña de recogida de donaciones de ejemplares mantenidos en cautividad por particulares, que comenzó en 1990. Debido a que la especie se consideraba extinguida y existía este stock de ejemplares cautivos, se consideró oportuno empezar a realizar reintroducciones en el medio natural con los animales recogidos. Esta primera suelta se realizó en 2002, pero fue abandonado después de que se comprobara que las tortugas no llegaban a establecerse en la zona. No obstante, en 2005 y 2010 se realizaron sueltas en el Parque Natural de la Sierra de Irta (Castellón) y en la Devesa del Saler (Valencia) respectivamente, en los que su adaptación está siendo buena y están criando de forma natural. 

 

En cuanto a la justificación de estas reintroducciones, se basa en el delicado estado de conservación de la especie en la Península Ibérica y Mediterráneo, y a la presencia prehistórica de la tortuga mediterránea en la Comunidad Valenciana. Esta presencia se comprobó mediante hallazgos fósiles datados en el Pleistoceno, encontrados en localidades como Tavernes de la Valldigna y Cullera, en la provincia de Valencia, o Alcoi y Ondara, en la de Alicante. Así como también con yacimientos de la misma época geológica que los anteriores, en los cuales se documenta el consumo humano de tortuga mediterránea en Valencia.

 

Por último, comentar que las líneas de actuación han sido, por un lado, las focalizadas en dar a conocer la problemática de la especie al público en general (acciones de sensibilización) y, por otro, los proyectos que contemplan la suelta de individuos. Aunque los proyectos de reintroducción pueden ayudar a reconstituir las poblaciones de tortugas, se debe tener presente que es mejor invertir esfuerzos en garantizar la supervivencia de las poblaciones ya existentes. Si se considera que es necesaria la realización de un proyecto de reintroducción, su viabilidad debe evaluarse previamente y realizarse en hábitats que reúnan una serie de condiciones.

 

Debido a que la mayor parte de la gente no tiende a considerar a la tortuga mediterránea como un animal salvaje (libre en su medio natural), también es muy importante realizar estos proyectos en lugares muy poco frecuentados por la gente o en espacios de acceso restringido, ya que es la única manera de evitar el expolio de los ejemplares soltados. Debido a su catalogación como especie amenazada, la tenencia en cautividad de esta especie está prohibida, no existiendo ningún tipo de permiso que lo permita, y puede conllevar fuertes sanciones. 

 

 

Detalle de adulto. L'Horta Sud (Valencia)

 

Adulto. L'Horta Sud (Valencia)

 

Para saber más:

 

- Ficha en Vertebrados Ibéricos.

- Ficha en The Reptile Database

 

 

Por Carlos Ortega Villar