Lagartija roquera / Sargantana roquera (Podarcis muralis)

 

Descripción

  

La roquera es la más robusta de las lagartijas ibéricas del género Podarcis, y también la que alcanza un mayor tamaño, de hasta 7cm en los machos más grandes. Su lepidosis es similar a la de otras especies del género, con escamas dorsales lisas, pequeñas y de aspecto granular. La cabeza es relativamente aplanada pero alta, sobre todo en los machos. 

 

Su coloración consta de tonos pardos y blanquecinos. En los machos el dibujo dorsal está más fragmentado mientras en las hembras aparecen frecuentemente bandas longitudinales bien diferenciadas. Como en otros lacértidos, los flancos suelen presentar un tono más oscuro que el dorso. El vientre puede ser blanquecino o amarillento, en raras ocasiones anaranjado. Se diferencia de otras Podarcis ibéricas por la coloración de su garganta, donde posee bandas longitudinales de tono negro, pardo o rojizo. 

 

Los machos, como se ha comentado, son mayores y más robustos que las hembras, con la cabeza más grande y potente, y poros femorales más desarrollados. En ocasiones presentan una serie de ocelos azulados en los costados del vientre. Los juveniles son similares a los adultos pero de colores menos vivos, y a diferencia de otras lagartijas es muy raro que presenten la cola azul o verde vivo.

 

Macho adulto. Penyagolosa (Castellón).

Hembra adulta. Penyagolosa (Castellón).


Macho adulto. Se aprecia la garganta pigmentada. Montseny (Barcelona).

 

Ecología

 

La lagartija roquera es, como todas las de su género, una especie heliófila y heliotérmica, a la que puede verse tomando el sol con frecuencia, especialmente a primeras y últimas horas del día. En la mayor parte de su distribución está activa desde la primavera hasta el otoño, aunque en zonas de clima suave puede verse también en días soleados de invierno. Toman el sol cerca de sus refugios, alerta ante la presencia de depredadores, y cuando alcanzan una temperatura adecuada se desplazan por el suelo o entre las rocas en busca de su alimento o pareja. 

 

Esta lagartija es un depredador generalista que se alimenta de toda clase de invertebrados que se pongan a su alcance, a los que captura mediante una caza activa, sirviéndose de su vista para detectar movimientos, y también de su olfato. Es capaz de aprovechar ocasionalmente carroñas y restos de comida dejados por excursionistas. 

 

La época de celo tiene lugar al salir de la hibernación en primavera, momento en el cual los machos persiguen a las hembras para aparearse con ellas. Si dos machos se encuentran, pueden tener lugar interacciones agresivas entre ellos, en las que de forma ritualizada se yerguen y muestran su región gular intentando intimidar al oponente. Se ha visto que existe una influencia de la coloración en estos encuentros, pues los machos con mayor reflejo de luz en el espectro ultravioleta ganan más combates, incluso frente a machos más corpulentos, lo que puede indicar que esta pigmentación es un reflejo de la calidad biológica del ejemplar.

 

Los machos se aparean con las hembras tras morderlas en el flanco, por lo que las cicatrices que éstas presentan pueden ser indicadoras de su estatus reproductor. Cada macho puede aparearse con más de una hembra por temporada. Cada hembra puede efectuar de una a tres puestas durante la primavera, dependiendo de sus reservas energéticas y tamaño. Los juveniles eclosionan desde mediados de verano hasta principios de otoño. 

 

Adulto. Gúdar-Javalambre (Teruel).

Macho. Sobrarbe (Huesca).


 

Distribución, hábitat y amenazas

 

P. muralis es una de las lagartijas más abundantes y repartidas en Europa, teniendo una distribución amplia desde Asturias en España hasta la península de Anatolia en Turquía. Es más común y abundante en la Europa central, eurosiberiana, mientras que en el Mediterráneo sus poblaciones están más aisladas y con frecuencia se limitan a macizos montañosos. En España la especie aparece en un gran núcleo en el extremo norte, eurosiberiano, desde Asturias y León hasta Gerona, ocupando todo el Pirineo y la franja cantábrica. En esta zona es una especie abundante. Además, presenta dos núcleos aislados, uno de ellos en la Sierra de Guadarrama (Madrid) y otro más pequeño entre la Sierra de Gúdar (Teruel) y el Penyagolosa (Castellón).

 

Así pues, en la Comunidad Valenciana esta especie es uno de los reptiles más raros de todo el territorio. La carencia en esta tierra de los medios eurosiberianos, húmedos, que son típicos de la lagartija roquera, hace que solamente esté presente en el Macizo de Penyagolosa, y recientemente R. Prades y J. Cerdá han descubierto otra población en el término de Villafranca del Cid, en el Maestrazgo castellonense. En el macizo de Penyagolosa su presencia se ciñe exclusivamente a tres o cuatro barrancos con el suficiente grado de frescor y humedad en la cara norte del pico. En zonas más soleadas y en la propia cima la sustituye P. liolepis.

 

Su hábitat en Penyagolosa son troncos caídos, rocas y muros de piedra en el interior de los barrancos, dominados por pinares de pino silvestre y pino laricio, con una alta pluviometría. En su área eurosiberiana se comporta como una especie más generalista pudiendo ocupar prácticamente cualquier hábitat, desde la alta montaña hasta la costa, siendo frecuente en roquedos, muros de piedra, pueblos e incluso ciudades.

 

Las poblaciones valencianas son muy vulnerables debido a su carácter relíctico y a su reducida área de distribución. Cualquier alteración de los barrancos que ocupa podría hacerla desaparecer. Entre estas posibles alteraciones encontramos las reforestaciones, prácticas silvícolas invasivas, apertura de pistas o cortafuegos, incendios, etc. El Cambio Climático es también una amenaza a medio plazo, puesto que una reducción de las precipitaciones podría hacer que las condiciones de su hábitat se tornasen hostiles para la especie. La zona se encuentra protegida como parque natural. 

 

Hábitat. Penyagolosa (Castellón).

 

Hábitat. Penyagolosa (Castellón).

Hábitat. Penyagolosa (Castellón). 

 

Hábitat. Penyagolosa (Castellón).


 

Información complementaria

 

El nombre del género, Podarcis, deriva del griego, y significa "pies ágiles" en referencia a la agilidad y fluidez de los movimientos de estas lagartijas.  El epíteto muralis de la lagartija roquera viene por su tendencia en gran parte de su distribución a ocupar los muros de piedra que delimitan cultivos y jardines, siendo una especie por tanto familiar para el hombre, aunque este no sea el caso de las muy escasas poblaciones valencianas. Es necesaria una mayor prospección del área de Penyagolosa y otras zonas del Maestrazgo castellonense con hábitat adecuado para dilucidar la posible presencia de nuevas poblaciones de la especie, como la recientemente descubierta fuera del área de Penyagolosa.

 

Macho (arriba) y hembra (abajo). Andorra (Andorra).

 

Macho adulto. Andorra (Andorra).

 

Por Luis Albero Martinez

 

Agradecemos a Vicent Sancho, Javier Barona y José Ventura la cesión de varias de las fotografías que ilustran esta ficha