Sapo partero común / Tòtil (Alytes obstetricans)

 

Descripción

 

El sapo partero común es un anfibio anuro, orden al que pertenecen todos los sapos y ranas, que se caracterizan por la pérdida de la cola una vez completada la metamorfosis. Se trata de un anuro de pequeño tamaño, de hasta 5 cm de longitud. La cabeza es relativamente grande en relación al tamaño de su corto cuerpo, destacando sus grandes y prominentes ojos de iris dorado y pupila vertical, así como su tímpano, visible y de gran tamaño. Sus extremidades son cortas pero fuertes, pudiendo realizar grandes saltos y desplazarse por superficies prácticamente verticales. Presenta un color muy variable, desde el marrón o gris oscuro a uno mucho más pálido, blanquecino, y muchos ejemplares tienen la piel salpicada de pequeñas manchas de color verdoso, rojizo o negruzco.

 

A diferencia de otras especies de anuros, no existe un claro dimorfismo sexual, es decir, machos y hembras son prácticamente iguales en tamaño y coloración. Sin embargo, ambos sexos difieren en su ecología reproductora.

 

               Macho con huevos. Rincón de Ademuz (Valencia)

Adulto. La Serranía (Valencia)


 

Ecología

 

Como la gran mayoría de los anfibios valencianos, su actividad se inicia al caer la noche, permaneciendo durante el día oculto bajo piedras, en el interior de grietas o en el subsuelo. La alimentación de los sapos parteros adultos se basa en pequeños invertebrados terrestres, mayoritariamente insectos y arácnidos. Por este motivo, como otras especies de ranas y sapos, se trata de un gran aliado para el agricultor por ayudar a controlar las poblaciones de insectos que podrían llegar a infestar cultivos.

 

La época de apareamiento varía en función de la climatología. En las poblaciones situadas en zonas de montaña o con heladas invernales, la reproducción comienza finalizado el invierno y se prolonga hasta finales de verano o incluso otoño. Por otro lado, en zonas de clima más suave pueden reproducirse a lo largo de todo el año. Al igual que la mayoría de especies de anuros, los machos emiten llamadas para atraer a las hembras. En el caso del sapo partero, se trata de un reclamo compuesto por una sola nota de muy corta duración, recordando a un silbido. También se suele confundir con el canto del autillo, pero el reclamo de esta rapaz nocturna es ligeramente más prolongado. El sapo emite estas llamadas desde su refugio u oculto entre la vegetación. Las hembras responden a la llamada del macho y acuden a su encuentro, iniciándose entonces el amplexo.

 

Al contrario que el resto de anuros valencianos, el apareamiento de esta especie tiene lugar en tierra firme, a menudo alejados del agua. El macho sujeta a la hembra por detrás de sus patas posteriores (amplexo inguinal), y esta pone aproximadamente 40 huevos, que el macho seguidamente procede a fertilizar. Finalizado el apareamiento y habiendo dejado la hembra sus huevos, esta se marcha dejando solo al macho con la masa de huevos. El macho coloca cuidadosamente la ristra de huevos entre sus patas traseras, ordenados como un rosario, de manera que queden firmemente adheridos. El padre, pues, cargará con la puesta durante aproximadamente un mes, pudiendo incluso portar puestas de diferentes hembras al mismo tiempo. Cuando las larvas se encuentran ya formadas, el sapo partero macho se dirige a un punto de agua para depositar la puesta, que en ese instante eclosiona. De este comportamiento deriva su nombre común “Sapo partero” o “Gripau paridor”.

 

Respecto a las larvas o renacuajos del sapo partero, tienen un desarrollo lento. De hecho, en algunas poblaciones la fase larvaria se prolonga durante varios años. Estos renacuajos alcanzan un gran tamaño, de 6-7 cm, llegando incluso a superar los 10 cm de longitud. Pueden, por tanto, ser mayores que su forma adulta. Una característica que las distingue de las larvas de la mayor parte de anuros valencianos es la posición de su espiráculo, estructura que comunica sus branquias con el exterior del cuerpo. En esta especie, al igual que en su pariente el sapillo pintojo (Discoglossus galganoi), el espiráculo en las larvas se encuentra en la zona ventral, y no en un lateral del cuerpo como en las demás especies ibéricas. Su coloración es normalmente pardo-grisácea con pequeñas manchas oscuras de intensidad variable sobretodo alrededor de la cola. Los renacuajos consumen todo tipo de materia orgánica del fondo de la charca o estanque que habitan.

 

Macho con huevos. Alto Palancia (Castellón)

               Macho depositando la puesta. Los Serranos (Valencia)


 

Distribución, hábitat y amenazas

 

El sapo partero común se distribuye por el oeste de Europa, desde Alemania hasta la Península Ibérica. La que podemos encontrar en la Comunidad Valenciana es la subespecie Alytes obstetricans pertinax, que se encuentra a lo largo del este peninsular, siguiendo la costa mediterránea desde Tarragona a Murcia, y por el interior en el Sistema Ibérico hasta Madrid y Segovia.  En la Comunidad Valenciana está presente y distribuido a lo largo de las tres provincias, siendo más escaso en la provincia de Alicante, llegando a faltar en su extremo sur. En la Península Ibérica se pueden encontrar otras tres especies de sapo partero (aunque recientemente se ha propuesto separar a la forma A. obstetricans almogaravii como una especie con entidad propia), ninguna de las cuales se encuentra en la Comunidad Valenciana.

 

Ocupa una gran variedad de hábitats: zonas montañosas, barrancos, bosques y matorrales, incluyendo zonas de cultivos de secano y regadío e incluso el interior de pueblos y parques, desde el nivel del mar hasta la alta montaña. Para el largo desarrollo larvario aprovecha diversas fuentes de agua, con preferencia por aguas permanentes, de nula o escasa corriente, como fuentes y estanques. A menudo utiliza estructuras artificiales como abrevaderos de ganado, aljibes, cisternas, balsas y acequias. Como hemos dicho, es capaz de colonizar puntos de agua en entornos urbanos, y cuerpos de agua donde otras especies quedarían atrapadas (como balsas o cisternas de paredes verticales), debido a su gran habilidad para trepar por superficies prácticamente verticales.

 

Las poblaciones de sapo partero, como las de otras especies de anfibios, son sensibles a numerosas amenazas, entre las que destacan la fragmentación de las poblaciones por la pérdida del hábitat y de puntos adecuados para la reproducción (debido, principalmente, al abandono de la agricultura tradicional y uso de otros sistemas de riego), la introducción de especies exóticas invasoras como peces, cangrejos de río o galápagos que depredan sobre adultos y larvas, la expansión de virus y hongos patógenos, responsables de enfermedades como la quitridiomicosis (a la que el sapo partero es particularmente sensible) y los atropellos en carreteras. A pesar de todo esto, se trata de una especie todavía abundante y familiar en muchas comarcas valencianas.

 

Hábitat. Los Serranos (Valencia)

                 Hábitat. Horta Nord (Valencia). 


                Sapo partero adulto. Camp del Turia (Valencia)

 

Información complementaria

 

El sapo partero pertenece a la familia Alytidae, una de las más antiguas del orden de los anuros, existiendo en el registro fósil desde el período Jurásico tardío, hace 150 millones de años. Estos primitivos sapos se caracterizan por la ausencia de lengua protráctil, esto es, extensible, con lo que a diferencia de otros anuros capturan a sus presas directamente con las mandíbulas. A esta familia pertenece también el género Discoglossus, que incluye el sapillo pintojo ibérico (Discoglossus galganoi), también presente, aunque muy escaso, en territorio valenciano. La familia Alytidae es endémica del Mediterráneo, último refugio de un linaje que se remonta hasta los tiempos de los grandes dinosaurios. Por poner una comparación, el parentesco de los sapos parteros con otras familias de anuros, como los sapos comunes y corredores (Bufonidae) o las ranas (Ranidae), es la misma que presentan los humanos con mamíferos como los perros o los caballos, pese a la mayor similitud morfológica en el caso de estos anuros. Esto último se debe a la gran eficacia biológica de la morfología anura, adaptada al salto, que por tanto se ha conservado sin muchos cambios desde el surgimiento de estos animales.

 

Los análisis de ADN mitocondrial indican que la divergencia entre las diferentes especies de Alytes ibéricas comenzó hace 14 Ma con la diferenciación del sapo partero ibérico (Alytes cisternasii). Entre hace 10 y 8 Ma divergió el sapo partero mediterráneo (Alytes almogavarii, considerado tradicionalmente una subespecie de Alytes obstetricans, que habita el norte de Cataluña y Aragón, delimitado meridionalmente por el cauce del río Ebro). Con la apertura del estrecho de Gibraltar hace 5,3 Ma una población quedó aislada en el Rif, dando lugar al sapo partero norteafricano (Alytes maurus). Hace 3 Ma, otra población quedó aislada en la Cordillera Bética y en Mallorca, ancestros del sapo partero bético (Alytes dickhilleni) y el sapillo balear (Alytes muletensis), respectivamente. El epíteto de la subespecie pertinax (García-París y Martínez-Solano, 2001), propia del oriente y centro ibérico, alude a la capacidad de estas poblaciones de sobrevivir en entornos altamente modificados por el hombre, como son las huertas y naranjales de la Comunidad Valenciana.

 

Sapo partero. La Marina Baixa (Alicante)

Sapo partero. Los Serranos (Valencia)

 

Por Berto Gil Climent