Salamanquesa rosada / Dragonet (Hemidactylus turcicus)

 

Descripción

 

La salamanquesa rosada es el más pequeño de los gecónidos ibéricos, superando los 10 cm de longitud total en raras ocasiones (hasta 12 cm de longitud total). Su coloración es, como su propio nombre indica, rosada, si bien lo alterna con tonos amarillentos, blancos y crema. La coloración dorsal es más viva, presentando así un patrón indefinido de manchas granate/magenta que recorren todo su cuerpo. Gracias al nivel de translucidez que presentan algunos ejemplares, no es raro distinguir tonos azulados en la zona dorsal de la cabeza, que pertenecen a los globos oculares e incluso, en ocasiones, también podemos diferenciar el estómago. Suelen tener la cola anillada con colores más contrastados (a menudo marrón oscuro y blanco o gris), siempre y cuando no la haya autotomizado (pérdida voluntaria de la cola) en algún momento de su vida. Los juveniles son todavía más translúcidos que los adultos. La piel es rugosa al tacto, menos espinosa y más verrugosa que la de su pariente, la salamanquesa común (Tarentola mauritanica), el vientre presenta una coloración mucho más uniforme y es bastante más suave y plano. No hay dimorfismo sexual en el tamaño, siendo los machos los únicos que presentan poros femorales.

 

Presenta unos ojos grandes y a menudo oscuros, con una pupila negra vertical y de borde anaranjado. Su cabeza, aun acabando de forma redondeada, es también más puntiaguda que la de la salamanquesa común. Sus extremidades están provistas de cinco dedos cada una terminados todos con una uña que, junto a las almohadillas (conjunto de pliegues en la cara inferior de los dedos, que también presenta en todas las extremidades) le ayudan a desplazarse con soltura por todo tipo de sustratos y terrenos, incluyendo fachadas y farolas. La presencia de estas cinco uñas, una en cada dedo, es un rasgo característico que diferencia a esta especie de la salamanquesa común, que solo presenta uñas en el tercer y cuarto dedo. Además, la salamanquesa común tiene los pliegues de las almohadillas paralelos entre sí, en una sola fila, mientras que las almohadillas de la salamanquesa rosada se encuentran divididas por una hendidura central longitudinal (de ahí su género Hemidactylus).

 

Juvenil. Ribera Alta (Valencia)

 Adulto. Camp del Turia (Valencia)


 

Ecología

 

Esta especie es esencialmente crepuscular y nocturna, aunque puede ser detectada durante el día, especialmente durante los días más calurosos del invierno. Algunos autores discuten sobre si sus hábitos son más o menos nocturnos que los de la salamanquesa común. Durante el día encuentra refugio entre muros de piedra, grietas, bajo piedras, troncos o escombros. Su periodo de actividad fluctúa en función de la región donde se encuentre. En el sur de la Comunidad Valenciana el reposo invernal es de uno a dos meses, mientras que en el resto del territorio se alarga hasta  los seis.

 

La salamanquesa rosada es territorial y puede emitir un leve sonido, a menudo para evitar ataques intraespecíficos, pero también lo utiliza como método de defensa, atracción sexual y para ahuyentar a los intrusos que invaden su espacio, antes de iniciar la persecución. No es muy selectiva a la hora de alimentarse, y suele hacerlo en las inmediaciones iluminadas por alguna fuente de luz, como cerca de farolas o focos, donde caza pequeños invertebrados como hormigas, polillas y arañas, aunque de manera excepcional puede alimentarse también de pequeños vertebrados, tales como ejemplares juveniles de varias especies de lagartijas.

 

Su periodo de reproducción, al igual que su actividad, depende en parte de la región, aunque generalmente sucede en primavera (de abril a julio), las hembras ponen de uno a dos huevos que colocan bajo piedras, entre grietas o bajo materia vegetal y que eclosionan en verano. Pueden poner entre dos o tres puestas anualmente durante esta época; el periodo de incubación depende de las condiciones ambientales, especialmente de la temperatura, pudiendo durar entre cuarenta días a tres meses. La madurez sexual se alcanza entorno a los seis meses de edad y a un tamaño de aproximadamente 43 mm.

 

Es presa de otros reptiles, especialmente ofidios saurófagos, rapaces nocturnas y mamíferos, como erizos o gatos domésticos. Debido a que se asientan en construcciones humanas, a veces pueden encontrarse ahogadas en el interior de cisternas y aljibes, al igual que su pariente la salamanquesa común (Tarentola mauritanica), pero en menor medida, ya que gracias a su menor tamaño presumen también de una mayor agilidad. Aunque esto no supone tampoco una amenaza real para esta especie, ya que el número de ejemplares que terminan ahogándose es muy reducido en comparación al número de ejemplares que nacen en las inmediaciones de estas edificaciones.

 

Adulto. L'Alacantí (Alicante).

Adulto. Camp del Turia (Valencia).


Distribución, hábitat y amenazas

 

La salamanquesa rosada es una especie estrictamente mediterránea, estando presente en la mayor parte de las regiones del Mediterráneo, el Mar Rojo, Kenia y la India. Además, ha sido introducida de manera accidental en Texas, México, Cuba y Centroamérica.

 

En la península Ibérica está presente en todo el litoral mediterráneo, atlántico andaluz y sur de Portugal. Está presente en Baleares y ha sido introducida en las Canarias. También se encuentra presente en varias islas e islotes murcianos y alicantinos. Se encuentra situada desde el nivel del mar hasta superar los 1.200 metros en el sur de España, pero lo normal es que se quede por debajo de los 300 metros sobre el nivel del mar.

 

Gracias a su alta adaptabilidad, habita en multitud de entornos, principalmente antrópicos, aunque también se puede encontrar en cultivos de secano y todo tipo de construcciones humanas. También en hábitats rocosos, como lechos de ríos secos, acantilados o muros de piedra seca. En zonas de clima árido es capaz de introducirse más hacia el interior siguiendo los valles fluviales y aprovechando áreas humanizadas o de matorral. Es muy termófila, estando estrechamente ligada a medios antrópicos litorales. Tan solo en algunos lugares de la península Ibérica e Italia está presente en zonas de interior, siendo asimismo poco habitual, formando a menudo poblaciones aisladas siempre cerca o dentro de núcleos urbanos. Habita también en maquias secas, dunas de arena o rocas sueltas. A menudo se la encuentra junto a la salamanquesa común (Tarentola mauritanica), ocupando menores alturas en muros, paredes o incluso el suelo. Puede habitar incluso en el interior de viviendas, y en algunas ciudades (como en Barcelona) puede aparecer en construcciones subterráneas como garajes, incluso a cierta profundidad y sin exposición solar.

 

Está presente en casi la totalidad de la Comunidad Valenciana, faltando en zonas del interior de Valencia y Castellón, aunque recientemente se están encontrando nuevas poblaciones en el norte de Castellón (y sur de Tarragona), más al interior de los que lo que se pensaba. La salamanquesa rosada es una especie abundante y no parece verse amenazada. Tanto el cambio climático como el crecimiento urbanístico parecen favorecer a esta especie, que se adapta con mucha facilidad, es por ello que hoy día se la considera una de las pocas especies de reptiles que se encuentra en expansión en prácticamente toda su área de distribución natural. 

 

Hábitat. Baix Maestrat (Castellón). 

           Hábitat. Camp del Turia (Valencia).


 

Información complementaria

 

Como método de defensa, además de emitir chasquidos también es capaz de practicar la autotomización de la cola, así como de levantar la misma para que la atención del atacante se centre en la cola,  y no en la cabeza. Al perder la cola esta vuelve a crecer, careciendo de tubérculos y mostrando un patrón liso.

 

Es una especie que al convivir en muchas ocasiones con la salamanquesa común (Tarentola mauritanica), pasa desapercibida para la mayor parte de la gente, confundiéndose con esta última. Es por ello que también se le atribuyen fantásticas cualidades procedentes de viejos mitos y leyendas, como que si te escupen te quedas ciego o calvo, nada más lejos de la realidad. Por suerte, las salamanquesas no son tan odiadas en nuestro país como lo son la mayor parte de los reptiles y anfibios y normalmente se les deja corretear a sus anchas por terrazas y jardines, resultando ser un magnífico insecticida natural.

 

Algunos autores consideran que la salamanquesa rosada fue introducida en la península Ibérica en tiempos antiguos (aunque también se considera que algunas poblaciones son resultado de introducciones recientes). En cualquier caso, actualmente, es una especie muy extendida y completamente naturalizada que, además, no parece presentar carácter invasor en nuestro territorio. Sin embargo, la introducción accidental de especies del género Hemidactylus en ecosistemas insulares ha tenido en ocasiones efectos negativos en la fauna de gecónidos autóctonos. Por ejemplo, se cree que la salamanquesa rosada ha podido ser una de las causas de rarificación de Euleptes europaea, el único geconido nativo de europa occidental (no presente en España).

 

Detalle del adulto. Camp del Turia (Valencia).

 

Adulto.  Camp del Turia (Valencia).

 

Para saber más:

 

- Ficha de la especie en Vertebrados Ibéricos 

- Ficha de la especie en Amphibia Web

 

Por David Candel Arbó